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≫ Mejorar la postura del caballo con el trabajo pie a tierra

Entre las diferentes disciplinas de doma que existen, hoy hablaremos de la importancia que tiene el trabajo pie a tierra para conseguir el control del caballo y los beneficios que le aporta. Y es que la primera ventaja que obtendremos de este tipo de entrenamiento, será conseguir que nuestro caballo aprenda a adoptar la postura correcta para soportar de manera confortable el peso del jinete. 

Para enseñarle esa postura correcta, es fundamental que el caballo sepa utilizar mejor sus cuatro patas, tratando de evitar que utilice más las manos que los pies, y también que sepa cambiar el peso de forma dinámica de lado a lado y de delante hacia detrás, para equilibrarse cuando lo necesite. Si no aprenden esto, los caballos se bloquean y como consecuencia, tiran, empujan o no responden suavemente a nuestras ayudas.

Pero para saber qué buscamos con los ejercicios pie a tierra, necesitamos unas nociones básicas de biomecánica.

Podríamos definir la buena postura como “Base up”, que permite al caballo subir la cruz y el dorso, estirando el cuello, la nuca se mueve ligeramente en cada tranco, y los posteriores pueden impulsar al caballo hacia delante para así moverse con libertad. De la cola a la nuca, podemos ver un movimiento rítmico y de oscilación.

Esa postura es la opuesta de “Base down”, donde la cruz y el dorso del caballo se hunden, comprime sus cervicales, y está volcado hacia delante, poniendo el peso sobre las manos, lo que le impide remeter los posteriores debajo de la masa.

Los ejercicios permiten al caballo experimentar más libertad de movimiento y comodidad, y nos ayudarán a modificar patrones de desconexión en conexión, pero requiere una gran comunicación entre caballo y jinete que se establezca de cuerpo a cuerpo, de mente a mente, invitando a la reciprocidad, la observación, la respuesta y la responsabilidad por ambas partes. Los ejercicios ayudan al caballo a desbloquear los patrones de tensión y relajar rigideces.

Para que esta transformación sea posible es necesario tomar consciencia de nuestro cuerpo, saber cómo lo utilizamos, y buscar la posición de pelvis neutra para mantener nuestras articulaciones libres y las extremidades independientes, lo que nos premitirá transmitir oscilación al caballo y reequilibrarnos sin tensionar nuestro cuerpo.

En cualquier momento que haya tensión por parte del caballo o del jinete, necesitamos liberarla. En muchas ocasiones, sin querer, cuando el caballo se tensa o bloquea, nosotros respondemos de igual forma, lo que no ayuda a buscar de nuevo la relajación.

Cualquier situación difícil con el caballo debemos observarla como un desequilibrio del mismo, no como una falta de colaboración por su parte. Cuando el caballo se desequilibra, no puede responder con suavidad y ganas a lo que le pedimos.

Al iniciar cualquier ejercicio debemos tener en cuenta cuatro aspectos fundamentales:

   - Tener una idea clara del resultado deseado.

   - Saber qué está funcionando.

   - Saber qué no está funcionando y cómo cambiarlo.

   - Estar dispuesto a cambiar cuando algo no está funcionando bien.

El objetivo con el trabajo pie a tierra es que el caballo aprenda una postura más beneficiosa para él, por lo que debemos estar siempre atentos a lo que siente, ser pacientes y observar. Y si es necesario, dividir el ejercicio en partes para facilitar el aprendizaje, así como darle un tiempo para procesar la información. Estar atentos a señales como bostezar, mascar, suspirar, suavizar el ojo, bajar la cabeza y estirar el cuello, etc.

La base para todos los ejercicios y la primera herramienta para remodelar la postura del caballo es llevarlo con un contacto a través de la/s cuerda/s.

Al principio, es necesario sentir un contacto con la cuerda para reconocer más fácilmente los posibles bloqueos o tensiones, y por eso, realizaremos un contacto con la cuerda más cerca de la cabeza del caballo, para progresivamente poder trabajar con más distancia.

Es muy importante que el contacto sea ligero, transmita oscilación y permita al caballo estirar el cuello, por lo que tenemos que evitar, tanto empujarle, como tirar de la cuerda. Podemos utilizar dos tipos de contacto:

   - Sólo con una mano, que rítmicamente se deslizará por la cuerda, yendo de nuestro cuerpo hacia la cabeza del caballo, para luego volver hacia nuestro cuerpo.

   - Hacer un movimiento parecido al que realizamos cuando queremos tensar la flecha de un arco, una mano va hacia la cabeza del caballo, mientras la otra se dirige en dirección a nuestro cuerpo, creando entre ellas dos fuerzas iguales y opuestas, que nos evitará tirar para coger un contacto.

Estas dos técnicas se pueden combinar con la técnica de ir acariciando la cuerda, para evitar quedarnos bloqueados y transmitir suavidad y movimiento al caballo.

Para tener claro qué buscamos con este tipo de contacto y las sensaciones que transmitimos al caballo es muy importante hacer simulaciones con personas, es decir, una persona simula que es el caballo y la otra practica los ejercicios para ir cogiendo confianza en la técnica. De esa forma, la que hace de caballo puede transmitir lo que percibe.

Esperamos que este artículo os haya resultado interesante, y ya sabéis que si tenéis alguna consulta, estamos a vuestra disposición en nuestra tienda de Collado Villalba (Madrid), en Facebook y en el email: deraza@tiendahipicaderaza.es 

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