≫ Las "charrets" de Dakar
El post de esta semana, no sólo nos habla de las costumbres de los lugareños en la exótica ciudad de Dakar en su relación con los caballos, sino que está escrito desde allí mismo, por lo que seguro que notáis también el olor de sus calles y el calor y la humedad de su clima.
Nos lo manda nuestra compañera Rocío González Rey, que desde hace varios meses, ha decidido vivir en directo la realidad de África y de este país, Senegal, para tratar de aportar su granito de arena en la asignatura pendiente que tenemos de comprender un poco más su cultura, pero también sus necesidades y el camino que nos queda por recorrer para hacer entre todos un mundo más justo, en el que la riqueza se reparta de una forma más equitativa y los derechos sean iguales para todos, independiente del lugar en el que se ha nacido.
Dakar, la capital de Senegal, es peculiar por diferentes motivos, entre otros por los medios de transporte de personas y variopintas mercancías, que desde luego son una de sus particularidades.
En una ciudad donde el tráfico, los atascos y las multitudes se ven a casi cualquier hora del día, son las "charrets" tiradas por caballos las que podemos ver en cada uno de los barrios de Dakar. Forman parte de la circulación de la ciudad, en la que los taxis y los coches particulares se unen con los "transportes en común", decorados con todo tipo de serigrafías y colores, de diversos tamaños y formas.
Mientras tanto, los resistentes caballos galopan entre autobuses, taxis y carrapids, transportando personas y todo tipo de mercancías: cebollas, palets, postes metálicos, garrafas de agua, cemento, o incluso basura, puesto que las "charrets" pueden meterse por las callejuelas que para otros vehículos son imposibles.
Es sorprendente ver cómo en el momento de descanso, los equinos están sueltos en cualquier parte de la ciudad, bebiendo agua de bidones enormes y sirviéndose de un neumático de camión como comedero. Los más afortunados pueden llegar hasta alguna de las costas para que sus dueños les den un buen baño –como el protagonista de nuestra fotografía-, y disfrutar así de algunos momentos de relax después de un largo día de trabajo, esquivando "tatas", motos, coches y autobuses.
En cuanto a los conductores de las "charrets", suelen ser chicos jóvenes o incluso niños con un increíble dominio del equilibrio. Muchos de ellos van de pie encima de las carretas al trote con sus caballos por medio de la caótica ciudad sin apenas inmutarse. ¡El control de las riendas es total!
Además, y puesto que las ruedas de las "charrets" son "todoterreno", pueden meterse por cualquier lugar, incluso por las calles de los barrios más populares, donde el suelo está cubierto de fina arena de costa, por la que a veces resulta todo un ejercicio físico el caminar.
Los caballos son en Dakar cuidados y utilizados para trabajar en medio del caos de la ciudad, dándonos a entender una vez más la fortaleza de estos animales que apreciamos tantísimo.
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