≫ El lenguaje de los caballos
El lenguaje de los caballos nace desde el corazón ya que, sin ninguna falsedad, se muestran en todo momento tal como son y cómo se sienten. Pero, ¿cómo es el lenguaje de los caballos?
Los caballos son animales de presa, por lo que tienen una jerarquía muy bien organizada. Podríamos estar horas y horas viendo como se comportan los caballos en manada, donde es fácil reconocer al caballo líder.
Pero sobre todo, el lenguaje de los caballos es emocional y gestual. Por ejemplo, un caballo dominante, con sólo mirar a otro, le impone los límites que tiene, o bien cuando están en peligro, transmiten el mensaje a los demás caballos para huir.
Cuando se encuentran con otro caballo o un humano usarán varios métodos de comunicación:
- Olfativa: normalmente es utilizada entre el potro y su madre. También cuando el caballo se revuelca, defeca u orina deja su olor a distancia.
- Táctil: los caballos tienen un comportamiento entre ellos llamado el “mutual grooming”, que consiste en adoptar una posición en la que los dos caballos están de frente, situando la cabeza sobre la nuca del contrario, posibilitando así poder rascarse el uno al otro con los incisivos, para quitarse posible los insectos en verano o la piel muerta en primavera.
- Auditiva: el caballo se comunica relinchando, gruñendo -normalmente utilizado para llamar al potro-, o con el gemido para manifestar signos de ansiedad o dolor.
- Y por ultimo, y la que más solemos notar en nuestra observación de los caballos: los movimientos de sus orejas, nariz, cuello y cola.
El contacto con el caballo
En nuestra relación con los caballos no podemos tener máscaras, ya que saben evaluarnos, leer nuestros pensamientos y analizar nuestra postura. Podemos decir sin temor a equivocarnos, que el caballo es el reflejo de nuestra actitud hacia ellos.
Los caballos siempre estarán mejor con una persona que no muestre tensiones, que esté libre de emociones, y eso también es lo que les pasa cuando están en manada.
Y por ese motivo, para entender a los caballos debemos evitar fingir o esconder nuestras emociones y debilidades.
La comunicación que tenemos con el animal fluye de manera natural, es intuitiva, y se consigue a través de las múltiples informaciones que nos transmite la energía del animal.
Es precisamente en su capacidad de comunicación y de transmisión de emociones, por lo que el caballo está demostrando su eficacia como una nueva terapia para el tratamiento de ciertas patologías o discapacidades.
Porque desde hace tiempo se ha comprobado que el contacto con el animal tiene muchos beneficios para la persona, tanto a nivel psicológico como corporal. Entre otros, mejoran el ánimo, ayudan a mitigar el dolor, son terapeutas infantiles, mejoran las habilidades sociales, etc. Y de esta forma, los caballos pueden ser buenos terapeutas, como observamos a través de la equinoterapia.
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