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≫ El comportamiento del caballo en diferentes entornos

Hoy tratamos un tema muy interesante para conocer cómo cambia el comportamiento de nuestro caballo en función del entorno en el que se encuentra, y cómo debemos actuar en cada caso.

Partimos de la base de que en estado natural, el caballo vive en un grupo donde reina una jerarquía fomentada por el instinto de grupo. El semental dominante protege a la manada. Es herbívoro,  y antiguamente era la presa de grandes depredadores y ha conseguido sobrevivir gracias a la rapidez de su huida. Hoy en día, en estado doméstico, sigue siendo asustadizo y huye cuando se le sorprende o se siente agredido. Hay que evitar sorprenderlo ya que puede cocear para defenderse.

Pero un caballo aparentemente dócil puede mostrarse agresivo hacia sus congéneres. Generalmente avisa echando hacia atrás las orejas, hace el gesto de morder y relincha de un modo particular. En el prado a menudo suelen colocarse pies contra cabeza para mordisquearse el cuello o quitarse mutuamente los insectos.

En las cuadras para caballos, algunos caballos se relacionan mejor que otros. Debemos permanecer siempre atentos durante el reparto de la comida, ya que los caballos pueden pelearse entre ellos y en ocasiones tratan de empujar a la persona que les esté alimentando. Es importante cerrar bien la puerta del box, para evitar que el caballo se escape; algunos aprenden a abrir los pestillos con la boca.

Diferente es su comportamiento cuando se encuentra en el trabajo. El caballo es un animal sensible dotado de mucha memoria, pero no puede mantenerse atento durante mucho tiempo. Desde el conocimiento del trabajo, el caballo juzga al jinete y tratará de aprovecharse de su falta de seguridad. El caballo puede tratar de desobedecer, reduciendo su velocidad en contra de la voluntad del jinete, o al contrario, “tomándole la mano” y corriendo, por ejemplo. Por ello el jinete debe imponer su autoridad cuando intente hacerlo, y además hay que recompensar al animal cuando realiza el trabajo correctamente.

En el exterior, en el campo, el caballo está más vivo que dentro de la cuadra. Hay que estar muy atentos a los imprevistos, porque reaccionará instintivamente a todo lo que le rodea. Puede hacer extraños por temor a algo que le inquiete, o bien puede negarse a pasar por un sitio o delante de un objeto que no conoce. En los aires más rápidos, puede sentir la tentación de irse de caña con los demás, “ganándole la mano” a su jinete, especialmente en el camino de vuelta a las cuadras. No deber permitirle comer hierba durante el paseo, ya que intentará pararse constantemente.

En resumen, y como normas básicas, podríamos decir que le gusta ser recompensado, que le hablemos con voz tranquila, volver al box o pasear por el prado después del trabajo y quedarse al lado de un caballo con el que se entienda bien. Y no les gusta que realicemos gestos bruscos y que le hablemos a gritos. Tampoco los tirones en la boca, los golpes en el dorso por falta de soltura del jinete, quedarse sólo, y sobre todo, no podemos dejarle sin comer mientras los otros sí lo hacen o molestarle mientras lo está haciendo.

Esperamos que os haya sido útil esta información, y ya sabéis que nos tenéis a vuestra disposición en nuestra tienda de Collado Villalba (Madrid), en Facebook y en el email: deraza@tiendahipicaderaza.es 

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