≫ El caballo y el calor
En España, las altas temperaturas que se alcanzan en verano pueden afectar seriamente al rendimiento y salud de nuestros caballos, sobre todo si el animal ha sido recientemente importado desde otra región donde hace menos calor o donde hay una diferencia notable en la humedad del aire. En De Raza encontrarás todo tipo de artículos para el cuidado del caballo. ¡Evita los golpes de calor!
Como siempre decimos, es mejor prevenir los problemas asociados con el exceso de calor y saber identificar las señales de cuándo el caballo está padeciendo estrés por esta causa. Y también es importante preparar y aclimatar al caballo para aguantar la climatología de esta estación, sea o no un caballo importado.
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El cuerpo del caballo produce calor
El ejercicio aumenta la temperatura del cuerpo del caballo. El proceso en que el glucógeno se convierte en energía es en sí ineficaz (termodinámicamente hablando) y produce calor. La cantidad del calor producido depende del trabajo. Cuanto más rápido sea el galope, más empinada la cuesta, más grande el salto o más pese el jinete, más aumenta el calor producido dentro del cuerpo del caballo.
La temperatura normal de un caballo es aproximadamente de 37.2 a 37.8 ºC. El ejercicio normalmente aumenta la temperatura unos grados y eso es positivo para calentar los músculos. Pero un aumento excesivo puede dañar tejidos o incluso puede causar la muerte. Es responsabilidad del jinete identificar las señales del estrés del calor, para decidir cuando parar el caballo y enfriarle.
El cuerpo del caballo puede bajar su temperatura principalmente por evaporación mediante el sudor y la respiración. También es capaz de expulsar calor por convección y radiación a través de la piel.
Un jinete debe conocer la temperatura normal de su caballo y cuantos grados suele subir después del trabajo. En invierno, puede que solo suba algunos grados mientras que en el verano lo normal es que se eleve algo más. Este aumento también está afectado por la humedad del ambiente. Si sabemos cómo reacciona el caballo ante el calor, vamos a poder averiguar si el caballo se está viendo perjudicado por esta causa.
El caballo criado en España, y especialmente el de Castilla, Andalucía o Levante aguanta el calor mejor que el caballo criado en otras regiones de Europa. Está acostumbrado desde su nacimiento a las altas temperaturas de la primavera, verano y otoño. Adicionalmente, el caballo pequeño, con menos masa muscular -razas como Árabes y Pura Sangre-, tienen mejor capacidad para bajar su temperatura corporal que sus hermanos más grandes.
Hay otros factores que influyen en cómo aguantan al calor. Si el caballo tiene demasiado pelo, está gordo o fuera de forma, no podrá reducir su temperatura con la misma capacidad y corre serio riesgo de verse perjudicado por el calor.
Ante las altas temperaturas, el caballo puede responder aumentando el sudor y la respiración. El sistema respiratorio ayuda a enfriar el cerebro, uno de los órganos más sensibles al exceso del calor. Si hace calor, pero hay poca humedad, al principio, el caballo puede bajar más eficazmente su temperatura que cuando la humedad es alta, pero si suda excesivamente, puede perder electrolitos y minerales importantes y llegar a deshidratarse. Cuando esto ocurre, pierde la capacidad de producir suficiente sudor y su temperatura volverá a aumentar.
En la Comunidad de Madrid especialmente, los caballos importados no están acostumbrados a un ambiente tan seco y caluroso y se deshidratan con cierta facilidad. El chequeo más fácil para notar la deshidratación es observar si la piel no vuelve a su sitio después de pellizcarle. Pero lo malo de este chequeo es que cuando se llega a notar la deshidratación por la piel, el caballo ya ha perdido un 6% de su líquido corporal total, es decir unos 30 litros. El rendimiento físico comienza a verse perjudicado a partir de una pérdida de sólo un 3%, o sea que ya llegamos tarde cuando lo notemos en la piel.
Si el caballo no bebe suficiente agua puede caer en un constante estado de deshidratación, que le pondrá en peligro no solo de bajar su rendimiento en competición, sino también de contraer cólicos por impactación o por falta de flora intestinal, además de otros muchos posibles problemas de salud.
En regiones donde hay más humedad, el caballo no puede bajar su temperatura con la misma eficacia. En estas condiciones, puede aumentar su temperatura corporal mucho más rápidamente. Si no bajamos su temperatura con acciones específicas, la recuperación después del trabajo será mucho más lenta.
Prestigiosos estudios realizados para la Olimpiada de Atlanta han demostrado que hay que seguir unos pasos concretos para prevenir problemas relacionados con el calor. Si se entrena con calor, el caballo se adaptará a esa temperatura, pero hay que acostumbrarle poco a poco. Puede tardar meses en acostumbrase al calor de España, las moscas y el polvo. Hay que empezar trabajando con el caballo a las horas en las que no hace tanto calor, darle electrolitos y no dejarle sudar demasiado. También hay que limitar la duración y la intensidad del ejercicio, hasta asegurarnos de que el caballo está preparado. Si se entrena durante los cambios de temporada, el caballo se adaptará al calor con más facilidad. La mejor época para traer un caballo a España es octubre o noviembre. Así tiene todo el invierno para aclimatarse al cambio de humedad y ambiente.
Si el caballo viene a España en primavera desde un país donde hace frío todavía, necesitará unas semanas para que se acostumbre, hay que esquilarle, darle electrolitos y asegurarse de que está físicamente preparado para el trabajo que tiene que hacer. Aun así, muchos caballos sufren el primer año en España y ven mermada su competitividad durante este primer año.
La deshidratación se convierte en el problema principal para el caballo importado, especialmente el caballo de carreras, raid o completo. Cuando hace calor, el animal puede perder hasta 15 litros de líquido por hora de ejercicio. La deshidratación y los otros efectos del calor no solo ocurren en verano. Si el caballo no está acostumbrado, pueden ocurrir en un día de calor en primavera. Si el caballo no está en forma, o si tiene el pelo de invierno, corren el mismo riesgo.
Las señales
La temperatura, las pulsaciones y la respiración nos indican cuándo el caballo se está viendo afectado por el calor. La recuperación de un caballo en forma es rápida. Después de unos 10 o 15 minutos las pulsaciones del caballo deben bajar a unos 40-50 latidos/min. y la respiración a unas 60 a 80 exhalaciones/min.
Un caballo con la respiración agitada, es decir entre 120 a 140 por minuto, está bajando su temperatura con el sistema respiratorio. Pero si sigue así después de 10 minutos, hay que enfriar al animal. Igualmente, si la temperatura del caballo está por encima de 40.5 a 41º C, hay que preocuparse y tomar medidas inmediatamente.
Otra señal de que el caballo está sufriendo con el calor es el cambio en su personalidad. Si el caballo está apagado o pesado, es mejor ralentizar su trabajo o incluso reducirlo durante una temporada.
La ducha de agua fría es la mejor manera para bajar su temperatura rápidamente. Antes no se duchaba a los caballos con agua fría porque se pensaba que podía causar mioglobinuria (la enfermedad de los Lunes). Pero numerosas investigaciones reflejan que los músculos sufren daños por exceso de calor, no por el frío aplicado después. El agua se calienta con rapidez, así que si el agua que tenemos es limitada, hay que mojarlo, esperar a que el agua se caliente sobre su piel y volver a repetir la operación, hasta que el agua salga más fría de su cuerpo y su temperatura rectal esté por debajo de 38º C. El uso de una esponja mojada es mucho menos eficaz y cubrir el caballo con toallas mojadas termina calentando más al caballo. Después de ducharle, hay que situarle a la sombra, y cualquier brisa o un ventilador eléctrico le ayudará a recuperarse.
Si el caballo no se enfría después de media hora, hay que llamar a su veterinario.
También debemos dejar al caballo beber, para lo cual debe disponer siempre de agua fresca, pero si ha estado galopando fuerte, no debe beber mucho, ya que sería contraproducente. Para situaciones normales, se puede dejar al caballo beber hasta 8 litros en unos 15 minutos, justo después del trabajo. Si el agua no es muy fresca y limpia, el olor a podrido de un bebedero automático puede quitarle las ganar de beber, por lo que en verano, es especialmente importante.
Otra forma de prevenir la deshidratación es mojar el heno o utilizar ensilado equino, ya que contiene un 50% de agua.
Gastamos mucho dinero en caballos, tanto en los criados en España como en los importados, y les cogemos mucho cariño. Por eso tenemos que cuidarles como se merecen y prepárales para el trabajo que tienen que realizar.
A continuación os dejamos una lista de las actuaciones que debemos realizar ante el calor:
- Cuando se trata de un caballo importado, traerle a España en octubre o noviembre.
- Asegurarse de que el caballo está en forma para el trabajo que tiene que realizar.
- No transportar al caballo de día en épocas de calor.
- Ofrecer al caballo agua durante el viaje y si se ha de parar abrir las puertas y las rampas, y aparcar a la sombra.
- No dejar al caballo sudar demasiado.
- Esquilarle si hace falta.
- Ubicarle en una cuadra con buena ventilación.
- Elegir sus mantas con cuidado y si suda con la manta puesta, quitársela.
- Trabarle muy por la mañana o muy por la tarde.
- Protegerle contra las moscas y el polvo.
- No cansarle excesivamente.
- No dejarle engordar excesivamente.
- Ducharle después de trabajar.
- No exponerle al sol directamente.
- Anotar su temperatura y reaccionar a tiempo si no se recupera con rapidez.
- Darle electrolitos y sal en su pienso para prevenir la deshidratación.
- Dejarle pastar en verde, mojar su heno o darle ensilado equino para prevenir la deshidratación.
- Proteger la flora intestinal de los caballos en viajes o en trabajo. Ayudarle con probióticos si hace falta.
- Llamar al veterinario si tiene diarrea durante más de 1 día y también si no recupera su temperatura normal después de media hora.
Esperamos que os haya resultado útil nuestro artículo y si tenéis cualquier consulta, ya sabéis que estamos a vuestra disposición en nuestra tienda de Collado Villalba (Madrid), en Facebook y en el email: deraza@tiendahipicaderaza.es