≫ El Bocado Vaquero
Hoy traemos a nuestro blog uno de los temas más interesantes para los aficionados a la Doma Vaquera, el bocado vaquero, también conocido como “hierro”.
Hay muchos otros elementos importantes como las patas, camas, cadenillas, portamozos, cañones, alacranes, desvenos o embocaduras, pero todos buscamos el bocado ideal, el que sea más cómodo para nuestro caballo.
Se puede pensar que para domar a un caballo solo hace falta cambiarle el hierro, o que con la cadenilla será suficiente. Los hay también que basan la doma en colocar la cara del caballo con más o menos portamozo o en cambiar los alacranes, pero como no se trata de una ciencia exacta, el tema es mucho más complejo, cada caballo es diferente, no hay dos bocas iguales, ni tampoco dos jinetes con idéntica sensibilidad.
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Debemos insistir en que el jinete no debe obstinarse en conseguir con el bocado vaquero o hierro una colocación de la cabeza de su caballo que solo se consigue mediante trabajo y un suavizamiento sistemático de todo el cuerpo del caballo.
El tipo de embocadura, la relación entre la medida del portamozo y la pierna del bocado, la cadenilla, los alacranes, incluso el ajuste de todo esto, serán factores muy importantes a la hora de escoger entre la gran variedad de hierros disponibles en el mercado, para intentar que nuestros caballos trabajen tranquilos, flexibles y obedientes.
En la confección de los bocados se encuentran los modelos más variados y el espíritu innovador del hombre busca a menudo reemplazar por este medio el talento y la educación que le faltan.
Esperamos que con estas explicaciones (muchas sacadas de libros de equitación) podamos orientaros un poco a aquellos aficionados que os preocupáis por este tema.
Bocados o hierros vaqueros
La acción que este “hierro” ejerce es lo que nos permite conducir al caballo mediante las más delicadas acciones de las riendas.
Su uso exige dos cosas: una preparación de la boca del caballo y una mano sensible y educada en el jinete.
Pero la elección del bocado vaquero y su ajuste suponen también un conocimiento profundo de todas las posibilidades susceptibles que se presenten.
Antes de elegir el bocado apropiado hay que empezar por estudiar la boca del caballo y medir su anchura.
- Si es demasiado estrecho, las barras ejercen una presión que empujan a los labios en la boca, lo que causa al caballo malestar. Además, la movilidad de las barras disminuye.
- Si es demasiado ancho con la tensión de las riendas se mueve de un lado a otro de la boca y reduce la eficacia de las ayudas. Adicionalmente, la barbada no puede colocarse en su sitio.
Todos los bocados vaqueros estarán siempre pavonados, ni pintados, ni cromados, ni de acero inoxidable.
Partes del bocado vaquero
Alacranes
Los podremos usar en diferentes formas y medidas siempre atendiendo a la comodidad del caballo y al ajuste de la cadenilla para que trabaje en la barbada.
Los alacranes tienen que ser pavonados como el resto de los componentes del hierro o bocado vaquero.
En el alacrán derecho colocaremos la cadenilla y lo cerraremos para no perderla, mientras que el izquierdo lo dejaremos abierto para ajustar la cadenilla.
Farolillo
Se encuentra a la altura de los cañones, podemos utilizarlo para abrochar las falsas riendas.
Embocadura
Es la parte horizontal del bocado que va dentro de la boca. Esta compuesta de dos partes: el cañón y el desveno o libra lenguas. Las embocaduras pueden ser fijas o móviles.
Desveno o libra lenguas
La elección del paso de lengua debe ser objeto de un cuidado particular. No hay que olvidar que el bocado es tanto más severo cuando el paso de lengua es más grande, pero es imprescindible que este ultimo deje a la lengua el espacio necesario para alojarse.
Con un caballo sensible se elige un bocado con un paso de lengua pequeño. A los que por el contrario tienen la boca insensible y dura se pondrá un bocado con gran paso de lengua.
Cañones
Cuanto más delgados sean los cañones serán más duros y cuanto más gruesos serán más suaves. Se elegirá por tanto más delgado para los caballos de boca dura y más grueso para los que tienen la boca suave.
Podemos encontrar embocaduras con limones en los cañones.
Cama
Es la parte del bocado donde se engarza la embocadura. Las camas son la suma del largo del portamozos más el largo de piernas o patas.
Portamozo
De la embocadura hacia arriba, podemos utilizar diferentes medidas, esta provisto de un espacio para abrochar la cabezada y los alacranes.
Pierna o pata
Es la parte desde la embocadura hacia abajo, y se pueden utilizar también diferentes medidas. La pierna termina en el farol donde tenemos la anilla o argolla para abrochar las riendas.
Barra
Es la unión de las dos piernas o patas, esta barra puede ser recta o curva, y como con todas las partes de los bocados, buscaremos la que menos moleste y por lo tanto permita estar más cómodo a cada caballo.
Cadenilla
El bocado sin la cadenilla no puede tener su pleno efecto, y es también el elemento para regular la severidad del bocado vaquero. Tiene más importancia de la que se le da normalmente.
El bocado entero está concebido para que el caballo ceda siempre a la presión que sienta. Pero este efecto solo entra en juego si la cadenilla está colocada bien en su sitio, es decir, en la barbada, justo en la parte inferior de la quijada.
Para los caballos que tienen la sobarbada menos carnosa y la piel más sensible, se debe usar una cadenilla con mallas lo mas lisa posible, e incluso provista de una albardilla de cuero.
La cadenilla debe apoyarse de igual forma sobre todas las partes de la sobarbada.
Colocación del hierro
Ya tenemos el hierro y la cadenilla, solo falta colocarlo bien en la boca del caballo. Lo primero es colocar bien la longitud de la cabezada para que el hierro no pueda tocar los dientes, que es lo que sucede cuando el cañón esta mal colocado.
Si lo colocamos bien en su sitio hay que saber que se puede desplazar un poco hacia arriba o abajo variando también su efecto. Si está más bajo -siempre sin tocar los dientes al caballo-, su efecto es un poco más severo, y por el contrario, si está más alto su acción será un poco más suave.
Una vez colocado es aconsejable realizar un control continuo para disfrutar e todo momento de un ajuste perfecto.
Colocación de la cadenilla
Tenemos la cadenilla colgada del alacrán derecho, y la ajustaremos introduciéndola en el alacrán izquierdo pasando bajo la barbada, de tal forma que la barra inferior del bocado forme -una vez estiradas las riendas-, un ángulo de 40 a 45 grados con la abertura de la boca.
Si este ángulo es más grande, el bocado no sirve de nada, porque la cadenilla está demasiado floja. Pero si este ángulo es más pequeño, el bocado es demasiado duro, porque la cadenilla está demasiado apretada.
El uso del bocado sin cadenilla no tiene ningún sentido.
Esperamos que este artículo os haya resultado interesante, y ya sabéis que si tenéis alguna consulta, estamos a vuestra disposición en nuestra tienda de Collado Villalba (Madrid), en Facebook y en el email: deraza@tiendahipicaderaza.es