≫ El baño del caballo
Además del título de un famoso cuadro del pintor Sorolla, con la llegada del buen tiempo, esta actividad se convierte en una rutina que conviene incorporar a los quehaceres diarios, por el bien de nuestro caballo.
Y es que para mantener al caballo en perfectas condiciones de higiene es necesario, además de cepillarlo periódicamente, bañarlo. Es muy importante contar con todo el material de limpieza necesario para mantener al caballo sano y cuidado.
La frecuencia de ese baño dependerá mucho del nivel de actividad que haya tenido el animal. Si el animal está cansado y sudoroso después de hacer mucho ejercicio, el baño le ayudará a recuperarse y a relajarse, además de eliminar el sudor y el lodo de su cuerpo. Pero es muy importante que antes de bañarle, deis juntos un largo paseo para conseguir que se relaje.
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Si puedes, lo mejor es escoger un día soleado para bañarlo. De este modo el animal se secará más rápidamente y evitarás que enferme o que se le irrite la piel.
Para bañar a tu cabello lo primero que debes hacer es atarlo en algún lugar cerca del establo, con un nudo de liberación rápida, por si tienes que soltarle en caso de que se asuste en exceso, y en una zona que tenga drenaje o escurrideros para evitar que el agua se acumule debajo de él.
Después utilizaremos una almohaza –peine de goma o plástico-, que le ayudará a relajarse y a estimular la circulación de los músculos y la piel, ya que el caballo, probablemente -aunque hayáis dado ese largo paseo-, estará nervioso o asustado, especialmente las primeras veces que lo bañes tú. La almohaza ayuda a liberar la suciedad que eliminaremos también con la ayuda de un cepillo de raíces, sobre todo en zonas como las patas, aplicándolo hacia abajo y a lo largo de la línea del pelo.
Con un peine de dientes anchos, procederemos a desenredar cualquier resto o nudo en la crin o en la cola, y cuando haya nudos especialmente complicados, nos ayudaremos de nuestros propios dedos para no molestarle más de lo necesario, pero evitando siempre situarnos justo detrás del caballo.
Una vez quitados los enredos, lavaremos la cara del caballo sólo con agua y con la ayuda de una esponja, trabajando con mucho cuidado alrededor de los ojos. A continuación, debes mojar la piel del animal con agua tibia y aplicar el champú por todo el cuerpo, dándole masajes circulares para masajear y oxigenar la piel y lograr que así quede más lustroso después del baño. Deja actuar el champú durante el tiempo que indique el fabricante del mismo y aclárale hasta hacer desaparecer todo el resto de espuma, cuidando sobre todo de que el agua no le entre en las orejas, ya que es muy molesto para el animal. Si no podemos evitarlo, aclararemos bien con agua tibia hasta hacer desaparecer cualquier resto de jabón.
Hay que poner especial cuidado en limpiar el ano del animal y sus genitales, con algodón o con un paño limpio, aprovechando para revisar cualquier anomalía que pudiera hacernos sospechar de algún tipo de enfermedad.
Si el caballo es un animal de concurso y necesita que lo laven con champú más de una vez al mes, y en ese caso, podrías tener que pensar en encerrar al animal en un establo ya que se debilitará su habilidad natural para lidiar con el mal clima.
También es importante secar al animal. Esta acción se puede llevar a cabo con un limpiasudor, moviéndolo en la misma dirección del pelo, o con toallas limpias y secas, hasta que puedas sacarle a dar un paseo bajo el sol, de 10 minutos aproximadamente. Si el tiempo está nublado, utiliza una sábana antisudor o una frazada más fresca en el caballo.
Para completar el acicalado de tu caballo, faltará peinar cuidadosamente su crin y su cola, y aplicar –opcionalmente-, betún en sus cascos para que luzcan perfectos.
Finalmente, os recomendamos que si el caballo tiene algún problema cutáneo, se debe esperar a que se cure del todo antes de bañar al animal, y hacerlo con la ayuda de un psiquiatra que nos ayudará a prestarle toda la atención y mimos que precise.
Y recordaros que el baño le quita el aceite natural a su pelaje, por lo que tampoco conviene lavarle con demasiada frecuencia. A excepción de su cola, que se puede lavar tantas veces como sea necesario, porque ni le enfría ni le quita propiedades a su pelo, pero siempre situándote lateralmente, nunca detrás de él.
Esperamos que este artículo os haya resultado interesante, y ya sabéis que si tenéis alguna consulta, estamos a vuestra disposición en nuestra tienda de Collado Villalba (Madrid), en Facebook y en el email: deraza@tiendahipicaderaza.es