≫ Cuidados para tu caballo en verano
Como nos sucede también a nosotros, los caballos se habitúan mucho mejor al frío que al calor. Por eso, el verano es una estación tremendamente complicada para nuestro amigo equino, y para ayudarle a pasarla de la mejor forma posible, debemos darle un cuidado especial.
El caballo es un animal de sangre caliente y por este motivo, el calor del verano le crea diversos problemas que debemos de subsanar.
Ahora que comienzan a llegar los días calurosos y la nueva estación está llamando a la puerta, vamos a hacer un repaso sobre los cuidados necesarios para un caballo en verano.
El primer problema al que nos enfrentamos y que tiene especial importancia es la gran deshidratación que sufre nuestro caballo, y como consecuencia el cansancio que siente. Además, en esta época hay mayor afluencia de insectos que pueden ser muy molestos para nuestros caballos e incluso, provocarles alguna infección. Por eso, hay que estar alerta y adquirir buenos insecticidas para caballos.
La hidratación
Cuando el calor aprieta, necesitamos más agua. Debemos de dejar al caballo acceso libre y permanente al agua que necesite. Por supuesto, este agua debe de ser fresca y limpia, atendiendo especialmente a la higiene de los bebederos automáticos.
La temperatura del agua es también importante, por lo que habrá que poner atención al acceso de los bebederos. La temperatura ideal del agua que prefieren los caballos está entre los 10º y los 14ºC. Y no olvidemos que con la sudoración, el caballo pierde sales minerales. Te sugerimos que consultes con el veterinario para aportar algún complemento.
Otra forma de mantener la correcta hidratación de nuestro caballo en verano es humedeciendo el heno del que se alimenta. De esta forma, se hidrata mientras come y se entretiene. Porque ya sabemos lo que le gusta a los caballos disfrutar pacientemente de la comida.
Duchar al caballo
Hidratar de forma externa a nuestro caballo, le ayudará también a pasar de una mejor manera por esta época de calor. Pero hay que saber cómo duchar a un caballo, sobre todo si ha terminado de hacer ejercicio recientemente. Si duchamos a nuestro caballo de repente, cuando está más acalorado puede ser perjudicial. Se debe de hacer una vez haya dejado de sudar y empezando de forma suave para que no note un cambio brusco de temperatura y que podría afectar a su sistema músculo-esquelético.
Es aconsejable comenzar por las extremidades, para luego seguir con la zona de los riñones y el dorso con una esponja húmeda y que así se vaya aclimatando de forma paulatina.
Un ambiente fresco, la mejor solución
La temperatura corporal de un caballo es alta. En concreto, su temperatura normal está entre los 37º y 38ºC. Por eso, el calor extremo le afecta tanto. Además de la hidratación, es fundamental que esté en un ambiente fresco. Si permanece en el exterior, es conveniente que tenga espacios con sombras donde pueda estar más fresco. Y de igual manera, cuando está en el establo es conveniente que en los pasillos haya algún tipo de corriente ligera que renueve el aire de forma constante.
Libres de insectos
La concentración de insectos durante los meses calurosos es mucho mayor. Y no sólo pueden ser molestos para el caballo, sino que les puede generar muchos problemas, como por ejemplo, la dermatits estival.
Mantener a los insectos lejos de nuestro caballo es una obligación, ya que pueden llegar a ser tremendamente molestos. Para ello, hay que estar atentos a diversas cuestiones.
Por ejemplo, si los caballos tienen acceso al agua en lagos, pequeños ríos, lagunas, etc., el animal no deberá de acercarse nunca durante el amanecer y anochecer a estos lugares, ya que es el momento en el que mayor cantidad de insectos hay durante el día.
En los establos, se debe de mantener una correcta limpieza del entorno, al mismo tiempo que se puede prevenir colocando rejillas para evitar el paso de los mosquitos, así como colocar plantas que repelen los mosquitos. Y por supuesto, usando insecticidas, entre otras medidas.
El ejercicio
El calor afecta especialmente al ejercicio de nuestros caballos. En verano, se agotan mucho antes, y además, les cuesta recuperar la energía. Por eso, debemos reducir la intensidad de su trabajo. En condiciones normales, deberá hacer la mitad de esfuerzo que en el resto de meses del año.
Recordad todos estos puntos a la hora de cuidar a vuestro caballo en verano. Tened en cuenta que nuestro amigo equino es especialmente sensible al calor y atendedle lo mejor que sepáis. Estamos seguros de que os lo agradecerá y si tenéis cualquier duda, ya sabéis que estamos a vuestra disposición en nuestra tienda de Collado Villalba (Madrid), en Facebook https://www.facebook.com/deraza.tiendahipica y en el email: deraza@tiendahipicaderaza.es