≫ Cómo y cuándo esquilar a nuestros caballos
Cada vez es más habitual esquilar a los caballos cuando llega el invierno, pero en realidad, esta práctica se puso de moda cuando los caballos comenzaron a ser considerados deportistas al igual que sus jinetes. Es muy importante escoger las esquiladoras para caballos que mejor se adapten a las necesidades de los equinos.
Cuando hablamos de esquilar al caballo, nos referimos a cortarle el pelo, pero como en casi todas las disciplinas, la creatividad de los profesionales han ido un paso más allá, llegando a realizar auténticas obras de arte con el pelo de los animales.
La realidad es que el esquilado de los caballos va "contra natura", porque el caballo en estado salvaje cambia el pelo, por sí mismo, dos veces al año. Durante el invierno el pelaje crece y tiene una apariencia más densa y cálida, que les protege de forma natural del frio, mientras que en verano es más fino, corto y ligero para aguantar las altas temperaturas. La naturaleza de los animales que viven en libertad es muy sabia y lo ha sido siempre, adaptándose a las circunstancias climatológicas para asegurar la supervivencia de la especie.
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¿Por qué es bueno esquilar?
Desde que el caballo vive en cautividad, su modo de vida ha cambiado. La alimentación y los sistemas de trabajo influyen decisivamente en el pelo. Por ello, en los meses de invierno se tiende a esquilarles por razones prácticas y de higiene. Durante el invierno, el sudor generado por el trabajo tarda más en secarse que durante los meses estivales y esta acumulación de frío, puede derivar en complicaciones mayores, como la aparición de hongos y enfriamientos.
Para suplir la falta de protección natural, se puede recurrir a las mantas. Debemos tener en cuenta que necesitará dos tipos de manta: una para la noche de lana, y otra más ligera para los días soleados de invierno. Algunos jinetes extreman las medidas de protección y además de colocar una bombilla de calor en la cuadra, vendan las extremidades del animal para darle calor y facilitar la circulación.
El esquilado también se utiliza en algunas ocasiones en determinadas zonas, alrededor por ejemplo de una herida, para mantenerla limpia y facilitar su cura.
Por último, el esquilado es también una cuestión de estética y de imagen del caballo. Es más agradable ver un caballo con el pelaje bien cortado que con una capa larga y descuidada.
Cuándo y cómo
La práctica del esquilado no puede llevarse a cabo sin criterio. La época más propicia para esquilar el caballo es entre los meses de octubre a diciembre, justo ahora, cuando el pelo empieza a crecer y el frío no es todavía muy intenso. A pesar de estas indicaciones, el momento adecuado para esquilar dependerá del tipo de pelo del animal y del número de veces que quiera repetir esta práctica durante el invierno. Se aconseja que los caballos de pelo grueso sean esquilados, por lo menos, dos veces al año.
Las máquinas más utilizadas son las de peso ligero, manuales o eléctricas. Pueden ir conectadas a una red eléctrica o con batería. Las de batería suelen ser más pequeñas y se utilizan para esquilar la cabeza y las orejas. Si por el contrario utiliza una máquina enchufada a la red, debemos tener especial precaución para que el caballo no pise el cable o se enrede.
Hay muchos caballos que presentan problemas a la hora de esquilarles, porque han tenido una mala experiencia o porque les asusta el ruido de las máquinas. Para relajarles, hay dos opciones: inyectarle un sedante intravenoso o utilizar un acial alrededor de la nariz del caballo. Cualquiera de estas propuestas facilitará mucho el trabajo.
Tipos de esquilado
- Esquilado de enganche: evita que el sudor se quede pegado en la parte inferior de la tripa y en el cuello del animal
- Esquilado en manta: deja libre toda la zona del cuello y del cabeza.
- Esquilado de caza: uno de los tipos más utilizados.
- Esquilado señalado alto: deja libres las extremidades y la cara.
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