≫ Cómo velar por la salud de tu caballo
Hablábamos la semana pasada de los cuidados que debemos dar a nuestros caballos especialmente en esta época de más calor, pero también es muy importante vigilar su salud y estar atentos a los posibles síntomas que nos avisen de que algo no marcha bien.
Como propietarios de un caballo asumimos esa responsabilidad, ya que al domesticarlos, los abstraemos de su entorno natural junto a sus congéneres donde estaban habituados a pastar en los espacios abiertos con su rebaño.
El área de pasto para cada caballo debe ser amplia, de una hectárea aproximadamente, pero debemos examinarla meticulosamente para evitar posibles peligros como la existencia de basura dentro del pasto, agujeros en la cerca...
Además, semanalmente se debe comprobar que en la zona no haya plantas venenosas –si tienes dudas, te recomendamos consultar con un veterinario-, y debemos cercar el pasto para evitar que el caballo se escape o se lesione. Para ello, se puede usar alambre liso que quede bien asegurado a fuertes postes de madera.
Otro aspecto clave para garantizar la calidad de vida de nuestro equino es la limpieza. Recuerda que examinar y mantener en buen estado el material de limpieza de los caballos es primordial para velar por su salud. Debemos cuidar de su establo o refugio a diario, quitando las heces del lecho con una pala y una carretilla, además de nivelarlo. Es importante que te asegures de que no pueda oler el lugar donde desechas las heces desde el granero o el establo.
Si el caballo permanece en el establo mucho tiempo, debes limpiarlo por lo menos tres veces al día. Una vez que hayas desinfectado el suelo, reemplázalo con un lecho nuevo y limpio
Hablemos ahora de su aseo. Si el caballo está en el establo, debemos acicalarlo a diario para mantener su pelo sano. Tendrás que desenredar su melena y su cola, y retirando suavemente con las manos las hierbas espinosas. Usa una rascadera para aflojar el lodo seco o la suciedad que haya penetrado. Comienza con un cepillo firme y termina con un cepillo más suave. También debes tener cuidado de usar una herramienta de acicalamiento más suave en la cabeza y en las áreas huesudas de las piernas.
Aprovecha esta época para darle un buen baño. Asegúrate de usar champú antifúngico. Peina la melena con un peine de plástico de dientes anchos y si hay enredos severos, asegúrate de desenredarlos con los dedos. Usar tijeras no es recomendable porque el pelo tardará mucho tiempo en crecer de nuevo. Evita tirar de los enredos, pues esto adelgaza y acorta la cola y la melena del caballo.
Si por el contrario el caballo pasa la mayor parte o la totalidad de su tiempo en el pasto, no es necesario este aseo diario, ya que los aceites naturales de su pelaje ayudan a mantenerlo en perfecto estado.
A continuación hacemos un repaso por los cuidados periódicos que se deben llevar a cabo para mantener sano a nuestro caballo.
No olvides el ejercicio. El caballo necesita ejercitarse a diario, por lo que si no puedes hacerlo, asegúrate de que tenga acceso al campo para caminar o haz que alguien lo ejercite por ti. Un caballo necesita espacio para caminar y relajarse para suplementar el ejercicio que realiza cuando lo montas. Por eso tener un pasto es tan importante.
Otros cuidados para tu caballo
- Cuida sus patas. Los caballos desarrollan problemas en sus patas con facilidad, en especial si no se les cuida adecuadamente. Asegúrate de usar el pico a diario para quitar las rocas u otros objetos que pueden lastimar las pezuñas o causar gabarro (infección bacteriana). También deberás hacer que un herrero recorte las pezuñas del caballo. En el caso de caballos con herraduras, se debe recortar las pezuñas cada seis semanas. En el caso de caballos sin herraduras, se debe recortar las pezuñas cada ocho semanas.
- Lima los dientes del caballo. También se le llama nivelar. Es increíblemente importante, pues los dientes pueden volverse afilados y hacer que masticar sea doloroso, lo que hará que el caballo rehúse comer. Un veterinario debe hacerlo por lo menos una vez al año.
Inspecciona los dientes del caballo con frecuencia para no pasar por alto ningún problema. Revisa si hay bordes afilados. La descarga nasal, la tos y el derramamiento de comida de la boca también pueden ser señales de algún problema oral que necesita tratarse.
- Haz que un veterinario revise al caballo. Sin duda debes hacer que un veterinario revise a tu caballo por lo menos una vez al año. El médico lo vacunará, lo desparasitará y revisará su salud general. Si no realizas esta revisión, puedes tener problemas graves más adelante.
El caballo debe ser vacunado dos veces al año para el control de parásitos: influenza, rinoneumotitis, cepas occidentales y orientales de encefalomielitis y tétano.
Haz que el veterinario revise y desparasite al caballo periódicamente. Algunas medidas que puedes tomar para reducir las posibilidades de parásitos o de su propagación son las siguientes: no tengas demasiados caballos en un espacio pequeño, ten pasturas rotativas y desecha las heces regularmente.
Por último, te recomendamos que estés preparado por si surge algún problema. Por ejemplo, acostúmbrale a cosas “extrañas” -como remolques y cabestros-, antes de que se presente un problema que requiera remolcarlo rápidamente.
También es recomendable estar en contacto con personas que puedan ayudarte si algo sale mal y que puedan difundir información rápidamente, por ejemplo en casos de infección y enfermedades en la población equina.
Pide ayuda cuando la necesites y para ello, ten a mano tu lista de contactos, especialmente el número de tu veterinario, por si tu caballo sufre una crisis, el del servicio de emergencias y otros números útiles.
Esperamos que este artículo os haya resultado interesante, y ya sabéis que si tenéis alguna consulta, estamos a vuestra disposición en nuestra tienda de Collado Villalba (Madrid), en Facebook y en el email: deraza@tiendahipicaderaza.es